Que
La Haya decidiera quitarnos 75 mil kilómetros de mar y entregárselos a
Nicaragua, ha despertado un sentimiento patrio en los colombianos que nos tiene
defendiendo nuestra soberanía y esperando a que el gobierno desacate el fallo
de la corte.
Pero
somos coyunturales. El Chocó necesitó que un Diputado de Antioquia dijera que
invertir dinero allí era como "perfumar un bollo" para que todo el
país se volcara a apoyarlo. Fue tendencia en Twitter, el autor de la frase fue
investigado y hasta su hoja de vida revisada, ¿hoy, quién se acuerda del Chocó?
Pasa
igual con la defensa de los animales. Cada semana sale una noticia de maltrato:
a una lechuza, a un perro, hace poco a un caballo y se prenden las alarmas, se
unen las voces para rechazar estas situaciones; eso sí, solo por unas horas
quizá un día, y chao, hasta la próxima.
No
obstante esto no es una crítica, no es un reproche a nuestra actitud de
indignarnos selectivamente y por épocas. Prefiero catalogarlo como un llamado a
ser coherentes en nuestras posiciones y a defenderlas en todo momento. Sé que
no es fácil pedir la misma indignación por el tema San Andrés o Chocó, pues
cada ser humano tiene motivaciones distintas, la pregunta es ¿nos indignamos
porque lo sentimos o por presión social?
San
Andrés está de moda. Hoy la mayoría del pueblo colombiano tiene sus ojos
puestos en la isla. Sí, hay que reconocer que antes del fallo no nos
acordábamos de este departamento ni de la riqueza de sus mares, pero esa no es
excusa para hoy no ser vehementes en su defensa y dejar salir a flote toda
nuestra pasión.
Siempre
he creído que la justicia es cuestión de sentido común: si alguien asesina a
una persona debe pagar por ello en la cárcel. Si un grupo de personas lleva 50
años delinquiendo, masacrando, secuestrando no pueden quedar impunes so
pretexto de un proceso de paz. Si una corte internacional despoja a un país de
una porción de mar que siempre le ha pertenecido y viola su soberanía, el país
afectado no debe acatar ese fallo.
Presidente
Santos, en sus manos está que el país y el territorio que recibió, así
continúe. No permita por favor el despojo que La Haya nos quiere hacer, haga
respetar nuestra soberanía.
Por
último: indignarse está bien. Criticar un fallo y pedir un desacato no es
delito, ni una estrategia electoral, no seamos facilistas definiéndolo así.
Respeto a los pocos que piden acatar el fallo de La Haya, apoyo a los muchos
que sostienen lo contrario; eso es democracia ¿no?.
@DiegoMorita
Como dice Fernando Vallejo al siguiente muerto lo borra el próximo partido de fútbol, tenemos memoria superflua, volátil, temporal pero gracias a ella podemos empezar una y otra vez de nuevo sin hacer a final de cuentas nada por nadie hasta que nos llega la muerte que viene siendo al fin y al cabo la razón de vivir, para morir nacimos, para olvidar recordamos, un saludo desde la Frontera.
ResponderEliminarSaludo especial Alejandro y gracias por comentar.
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