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lunes, 28 de noviembre de 2011

Preguntas (en 500 caracteres)

Cuando quieres escribir y los temas parecen alejarse con cada palabra, ¿qué se hace? Cuando quieres soñar pero la realidad viene y te atropella las alas, ¿qué se hace? Si deseas cambiar, así sea por un segundo, de rutina y gritarle al mundo: ¡aquí estoy! pero nadie te escucha, ¿qué se hace? Cuando miras a tu alrededor buscando alguien que te abrace y ni siquiera encuentras a la soledad para redimirte, ¿qué se hace? Cuando tienes tantas preguntas y pocas respuestas, ¿qué se hace? Por el momento esperar, quizás la muerte te quite las ganas de cuestionar, o tal vez te genere más preguntas ¿quién sabe?

viernes, 18 de noviembre de 2011

De la crianza y otros “demonios”

Diego Mora | Publicado el 19 de noviembre de 2011 El Colombiano


Hace poco estaba en el parque con mi hija y ella empezó a portarse “mal”, así que aproveché que había un policía cerca y le lancé una amenaza, muy común por cierto: “sigue así y viene el policía a llevarte”. Mariana me miró e hizo caso, pues su comportamiento cambió de inmediato, con lo que yo no contaba, era con que el policía escucharía lo que dije y se acercaría a nosotros.
No me asusté, pues sabía que no había hecho nada “malo”, mi hija se aferró a mis brazos y supongo que por su mente de casi seis años, pasó la idea de que venía a llevársela. El patrullero me saludó amablemente, me preguntó el nombre al igual que a Mariana, quien congelada de pánico no pronunció palabra, y me dijo lo siguiente: “Don Diego, por favor no vuelva a decir eso, muchas personas amenazan a sus hijos con que la policía vendrá a llevárselos y algunos de ellos crecen con temor y odio por la institución”. Se despidió y se fue. Yo le agradecí, en parte por el consejo y también por lo de “Don”.
Mariana se descongeló y yo me quedé pensando en que el señor policía tiene razón. A veces los padres de familia no encontramos una manera diferente de controlar ciertas actitudes de nuestros hijos y acudimos a la “amenaza” como opción, lo cual en la mayoría de los casos es un error. Si te portas mal viene un “loco” y te lleva. Si haces eso viene el “coco”. Sigue así de desobediente y el niño Dios no te trae regalos. Me haces caso o viene la policía y…
De alguna manera creo que los padres somos responsables de los miedos con los que crecen nuestros hijos. Nos volvemos sobre protectores y les vamos trasladando nuestros propios temores. Debo confesar que le tengo miedo a las alturas y por supuesto no permito que mi hija salga al balcón, además porque un día la mamá la encontró colgada de las barandas intentando mirar hacia abajo, ¡qué tal esto! (nada que ver con un noticiero por ahí).
No pretendo decir cómo criar a los hijos, cada padre y madre tendrá su propio criterio. El policía me dio una lección, al menos así lo asumí, y creo que eso me puede ayudar a ser un mejor papá, y claro, una mejor persona. ¿Cuántos de los estudiantes que hoy protestan y atacan a la policía con piedras y papas explosivas recibirían de sus padres amenazas que tenían como protagonista a los hombres de verde?
Hoy controlo más mis emociones cuando estoy con mi hija, trato de pensar antes de corregirla, trato de explicarle el por qué de mis decisiones. No es fácil, pues crecí en una sociedad cuyo imaginario te indica que “la letra con sangre entra”, pero es mi decisión romper ese paradigma, por lo menos con Mariana, así estaré asegurando que ella y sus hijos empiecen realmente a transformar el mundo.

martes, 8 de noviembre de 2011

¡Hay amor! (en 500 caracteres)

Se acercó lentamente, con la cadencia perfecta que hace los instantes eternos, me miró como siempre pero esta vez sus ojos brillaron más, algo así como ver pasar en el cielo una estrella fugaz, de esas que supuestamente te conceden un deseo. Se inclinó y me dijo al oído, mejor dicho me susurró despacio y muy suavecito: ¡ay amor! Mi piel se estremeció y una sensación inexplicable recorrió mi cuerpo hasta detenerse, allí, donde debía hacerlo. No dije una sola palabra, pues nada inteligente llegó a mi mente. Ella dio media vuelta y se fue. En ese momento pensé y susurré, solo para mí, ¡hay amor!

sábado, 5 de noviembre de 2011

¿Ética selectiva?

Diego Mora | Publicado el 12 de noviembre de 2011 El Colombiano


A raíz de la muerte de alias ‘Alfonso Cano’ el jefe máximo de las Farc, en una gran operación del Ejército colombiano, se genera en un país que se cree moralista como el nuestro, una tonta discusión en si debe publicarse o no la fotografía que evidencie este hecho. No entiendo por qué si hace menos de un mes el vídeo de la captura del dictador libio Muamar Gadafi (por citar solo un ejemplo) le dio la vuelta al mundo, fue publicado en todos los medios una y otra vez e incluso la foto que mostraba el tiro de gracia fue primera página en la prensa nacional.

Hoy nuestro país en un lugar más seguro. Poco a poco, gracias a un ejército consolidado por la Seguridad Democrática y con altas capacidades para desarrollar acciones de inteligencia, se libera de aquellos personajes que tanto daño le han causado.

Revisando el cubrimiento de algunos medios a esta noticia, encuentro en el portal web de El Tiempo, un link con este título “Vea la foto del cadáver de Alfonso Cano” y un recuadro negro (sábado 5 de noviembre). Al ingresar se observa la foto y el siguiente texto: “El Ministerio de Defensa reveló una imagen del cuerpo sin vida del líder guerrillero. ELTIEMPO.COM publica esta foto porque considera que es un documento que registra un momento histórico para el país. Sin embargo, se decidió no publicarla directamente en la página principal del portal, para darle al lector la posibilidad de decidir si prefiere verla o no"

Subrayo la última parte pues no la entiendo. Continuando con la muerte de Gadafi y el mismo periódico (solo por tomar un ejemplo y aclarando que no tengo nada contra este medio) si se ingresa a http://www.eltiempo.com/Multimedia/especiales/muertegadafi/ se accede a un “completo” análisis sobre el fin de este dictador y las evidencias de su muerte. He buscado mucho y la verdad no encontré una recomendación al lector para que este decida si ver o no estas fotos y vídeos.

Me pregunto ¿cuál es la diferencia entre la muerte de Gadafi y la de Cano? ¿Por qué somos tan selectivos en mostrar unas cosas y a otras les damos una exposición casi demencial? ¿No genera más impacto el cuerpo sin vida de Gadafi ensangrentado y como trofeo de los rebeldes, que la cara limpia de Cano? ¿Somos moralistas solidarios con los connacionales y morbosos con los extranjeros? Este es un caso puntual, pero estas preguntas aplican, seguramente, para cualquier tema.

Hace unos días J.J. Rendón generó mucha polémica al expresar que la “ética es para los filósofos”, nuestro país “moralista” y sobre todo aquellas personas detractoras de su forma de asesorar campañas políticas, lo crucificó. No sé si la ética sea solo para los filósofos, pero de algo si estoy seguro, como casi todo la ética es subjetiva, depende de quien mira y analiza cada caso, estoy seguro de que muchos de los que censuran la foto de Cano, disfrutaron con las de Gadafi y hasta las compartieron en sus redes sociales, será que eso es ¿ética selectiva?

jueves, 3 de noviembre de 2011

Imaginario (en 50 palabras)

Vino al mundo solo para amarla. Se enamoró de ella sin conocerla. La adoró cada día sin saber que olor tenía. Su vida tenía sentido solo porque ella existía (o al menos eso creía). En su mundo imaginario era la única que entraba. No llegó a saber jamás quién era.

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