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jueves, 6 de febrero de 2025

Un gobernante con los… bien puestos

Los colombianos siempre hemos necesitado gobernantes con pantalones y no tibios demagogos que con sus ínfulas de redentores nos vendan humo como si fuera el elixir para solucionar nuestros problemas.

Dicho esto, y para que quede claro que voy a hablar del gobernador de Antioquia en esta columna, Andrés Julián Rendón sí que tiene los pantalones bien puestos y no le teme a la impopularidad asociada a las decisiones y posiciones que el ejercicio del gobierno implica tomar. Lo demostró en Rionegro en donde contra viento y marea, ante una oposición poco inteligente que pretendió frenar el desarrollo, transformó esa ciudad del Oriente antioqueño.

Andrés Julián, desde el 1 de enero de 2024, al posesionarse dejó clara su línea de trabajo: “dejar hasta el último centímetro de piel” por Antioquia. Esto, inevitablemente, lo lleva a tener que hacer una defensa férrea de los intereses de nuestro departamento, máxime, cuando desde el gobierno nacional no se cansan de demostrar que para nosotros, los paisas, poco o nada hay.

Pedirle al gobierno de Gustavo Petro que cumpla con lo mínimo ha sido el pan de todos los días desde el despacho del piso 12 de la Gobernación de Antioquia. Honrar los compromisos adquiridos por la Nación con el túnel del Toyo, con las vías a su cargo, con la seguridad, hacen parte del discurso diario del gobernador, y así debe ser, aunque por las características de quien vive hoy en la Casa de Nariño, los pedidos lleguen a oídos sordos. Igual, esa tarea hay que seguirla haciendo, porque Antioquia lo merece y porque hace parte del ADN de Andrés Julián.

El gobierno de Petro va mal, no estoy dando ninguna primicia, e incluso en el show que vimos de consejo de ministros él mismo, no se sabe si en un acto de transparencia o de infinita torpeza, salió a decir a boca llena que de 195 compromisos adquiridos con el país, solo 49 se han cumplido, es decir le faltan 146 a poco menos de año y medio para terminar el gobierno. No hay que ser matemático para concluir que el balance final del tan prometido “cambio” será en números rojos.

Y ahí, Antioquia se ve altamente perjudicado principalmente en dos temas: las obras que le hace falta a la Nación por terminar en el Toyo y las vías al Suroeste. En el primer caso, y con el decreto de aplazamiento de recursos, la instalación de equipos electromecánicos en la nueva vía al mar, queda en el limbo. A esto se le suma, la no priorización de lo que falta por construir en el sector 2 del tramo 2, aun a cargo de Invías (4,2 km que incluyen: 7 puentes, 1 túnel de 402 metros y un falso túnel de 60 metros), y que, a pesar de todos los esfuerzos del Departamento por avanzar con las otras obras, si el gobierno no se pellizca, dejará el proyecto estancado.

Con respecto a Pacífico 1, en este importante corredor que conecta al suroccidente del país con Antioquia hace falta construir el intercambio Primavera y 3,2 km de vía en doble calzada, que tienen un valor aproximado de $738 mil millones. Así mismo, con una inversión aproximada de $800 mil millones, se requiere la construcción de un retorno en el sector de Paso Nivel y para ajustar, falta un puente sobre el río Cauca que permitirá la conexión de Pacífico 1, 2 y 3 con la vía al mar (Concesión Mar 1), cuyo valor aproximado es $200 mil millones. Para estas obras el gobierno Petro ha dicho que no hay plata.

En fin, el panorama no es muy alentador, pero es necesario tenerlo siempre presente para no caer en la narrativa que la izquierda intenta montar y en donde procura culparnos a los demás de todo lo malo que está pasando.

Afortunadamente en Antioquia tenemos un gobernador con los pantalones bien puestos y con la capacidad para enfrentar las amenazas que llegan desde Bogotá con temple y carácter.

PS: Por espacio no mencioné la cátedra que diera el gobernador en Támesis sobre cómo se defiende a un departamento, en este caso de las Appa de Petro para el Suroeste antioqueño. La cosas como son. 

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