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jueves, 27 de diciembre de 2012

Es tiempo de cambiar...

Por DIEGO MORA | Publicado el 26 de diciembre de 2012 El Colombiano


Si usted está leyendo esto, como era de esperarse, el mundo no se acabó el pasado viernes 21 de diciembre. Bueno, simplemente no se cumplió la mala interpretación que comercialmente algunos hicieron del calendario maya, que indicaba un cambio de era, una transición que cada uno, si le nace, asume de acuerdo a sus creencias.

Como decía, el fin del mundo lejos de ser una realidad, fue la excusa perfecta para mercadear los miedos que al ser humano le producen este tipo de situaciones, que toman fuerza solo por la importancia, en este caso exagerada y mentirosa, que le dan los medios de comunicación a este caso. Pasa igual cuando se sobrepasan cubriendo el desastre de un terremoto, de una tormenta o la caída de la bolsa de valores.

Películas, documentales, especiales para televisión, libros, venta de refugios subterráneos y mil cosas más, hacen parte de una lista de necesidades que se crean a raíz de una apocalíptica "promesa" que muchos asumen literal y que los lleva a tomar decisiones, en la mayoría de los casos erradas; así como esa pareja en Cali que se suicidó para no tener que presenciar la destrucción del mundo, según la nota que dejaron.

Pero el mundo se acaba todos los días. Solo en 2012 ¿a cuántos policías y militares asesinados por el terrorismo se les terminó la vida por el simple capricho de unos bandidos sin ideología? ¿Cuántas mujeres y niños inocentes fueron víctimas casuales de una guerra sin sentido en nuestro país? ¿Acaso 50 años de una confrontación armada no es intentar acabar con este pedazo de mundo que es Colombia?

No podemos llamarnos a engaños: cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo el mundo se acaba. Parece que esa fuera la tarea principal del ser humano, una función innata que viene en sus genes. Proliferan las armas (no solo los rifles y pistolas, tan fáciles de comprar en Estados Unidos, también las nucleares que pueden desaparecernos a todos en minutos), los malos políticos son los que ganan las elecciones (por eso pierden las sociedades), el camino sencillo de conseguir algo es el que la mayoría toma (ser honesto no es una obligación sino una opción)…

Por último: no diré aquí cuál es el camino para seguir, ni qué debemos hacer para evitar que a diario acabemos con el mundo, pues esa debe ser una elección de cada uno. No obstante, creo que si no cambiamos rápido de rumbo el apocalipsis será un cuento de niños al lado del desastre que estamos causando.

Como dice la canción: es tiempo de cambiar….

@DiegoMorita

jueves, 20 de diciembre de 2012

Ineficiencia que fluye

Por DIEGO MORA | Publicado el 19 de diciembre de 2012 El Colombiano


Me atreveré a empezar esta columna con una generalidad, aunque no acostumbro a usarlas, pues me parecen injustas; como esa que dice que todos los hombres son iguales o que a las mujeres nadie las entiende. Pero hoy debo decir que nuestras instituciones públicas son ineficientes para realizar la labor que les fue encomendada.

Sí, sé que al generalizar meto en la misma bolsa a algunas tan buenas como el Sena (a punto de desaparecer por la Reforma Tributaria que se aprobará gracias a la mermelada estatal) con otras tan regulares o malas como la Dian, situación que espero me sepan excusar.

Mi afirmación se refiere a que en estas instituciones se maneja una especie de "trato" interno orientado a hacer solo lo que tienen que hacer y dificultar cualquier trámite ciudadano. Falta la fotocopia ampliada, la huella no se ve, vuelva la otra semana, son respuestas comunes en las instituciones públicas ¿me equivoco?

Medellín es una ciudad "modelo" en muchas cosas. No mencionaré que sea "modelo del crimen" y que la delincuencia cada día se perfeccione más -innove- para usar la palabra de moda por estos días en que se encuentra nominada a un premio, hoy diré que también es "modelo" de ineficiencia en una de sus secretarías.

Me refiero a la Secretaría de Tránsito. Hace un mes (tardé mucho en empezar a hacerlo) vengo reportando una serie de choques en un mismo lugar (con seguridad no es el único punto de la ciudad con este problema) y no han hecho nada. La lógica indica que si los agentes de tránsito atienden varios incidentes en el mismo sitio, en una misma semana, con rapidez se deberían tomar medidas para evitarlos, por lo menos repintar la señal de PARE. Pero no, solo hacen lo que tienen que hacer, no van más allá.

A través de Twitter y aprovechando la inmediatez de esta red, muy utilizada por la Secretaría, les he enviado fotos reportando los incidentes. Las respuestas han sido las de siempre: ya se reportó, ingrese a nuestra página web, en 15 días hábiles le daremos respuesta…y el problema continúa.

Entonces ¿se necesitan choques fatales para que se tomen medidas urgentes? Espero que no. Hoy les hago un llamado a la prevención, no es común que en un mismo punto se presenten tantos incidentes, por eso deben ir más allá y no esperar a que se presenten situaciones que lamentar para implementar soluciones.

Por último: no se es una ciudad "modelo" por los premios que se reciben sino por la confianza ciudadana en sus instituciones, y en eso a Medellín le falta, como dicen las abuelas, mucho pelo pa’l moño. 

@DiegoMorita

jueves, 13 de diciembre de 2012

Preguntas abiertas

Por DIEGO MORA | Publicado el 12 de diciembre de 2012 El Colombiano

Se acabó el año, es la expresión recurrente por esta época. Llegó diciembre, el mes más anhelado por todos, el de la fiesta y la unión, el de los regalos y buenos deseos. Pero también el de los balances y los famosos chulos sobre las promesas de enero y las lágrimas (llorar sobre la leche derramada) por aquello que no pudimos lograr.

No soy amigo de los balances, pero hoy plantearé algunas preguntas que se me ocurren, para intentar terminar el año sin muchas dudas.

¿Qué pasó con Gramalote? ¿Empezó la reconstrucción o es otra promesa incumplida del presidente Santos?

¿En qué quedó el escándalo de la reforma a la justicia? ¿Quién respondió por el adefesio que nos querían meter el Congreso y la Presidencia de la República? ¿Aprendió a leer Simón Gaviria ?

¿Qué pasó con la reforma a la educación? ¿Las marchas estudiantiles lograron que el problema se acabara? ¿O cambiaron las prioridades del primer mandatario?

¿Qué pasó con la salud del vicepresidente Angelino Garzón ? ¿Se curó o se cansaron Roy Barreras y Santos de buscarle, como se dice coloquialmente, la caída? ¿Se olvidaron de él los medios? ¿Con ese caso podemos seguir ratificando lo coyunturales que somos?

¿Si las Farc anuncian una "tregua" por qué siguen atacando poblaciones y asesinando a personas inocentes? ¿Cómo consiguieron misiles antiaéreos? ¿Llegarán a algún lado los "diálogos" de paz en La Habana o como parece ser desde que se iniciaron no van para ningún lado, solo a producirle al pueblo colombiano otra, quizás la más profunda, decepción? ¿Cuál es el límite de Juan Manuel Santos ante las mentiras de estos terroristas, cuántas muertes, cuánta sangre derramada? ¿Tal vez cualquier cantidad es mínima si se cumple el objetivo? ¿El objetivo es la paz o un premio?

¿Por qué no les han cumplido a nuestros medallistas olímpicos de Londres con los premios prometidos? ¿Recibirlos con bombo y platillos solo fue una excusa para tomarse una foto, presidente Santos?

¿Cuándo tomará el gobierno una decisión sobre el tema San Andrés? ¿Si el Presidente y la Canciller coinciden en que el fallo de La Haya es injusto y viola nuestra soberanía, por qué no lo han desacatado? ¿Están esperando a que sea demasiado tarde? ¿Quedaremos bien por fuera pero destruidos por dentro?

¿Cuántas casas realmente, de las 100 mil prometidas, entregará Santos antes de anunciar su deseo de aspirar a la reelección? ¿Cuándo renunciará Vargas Lleras al gobierno?

Por último: ¿cuántas respuestas conseguiré? Tal vez pocas, pero hay que seguir insistiendo. No podemos volver a ser una sociedad pasiva, debemos exigir ¿acaso no somos nosotros los que elegimos a nuestros gobernantes?. 

@DiegoMorita

viernes, 7 de diciembre de 2012

Hay que creerles...


A las Farc cuando dicen que no tienen más secuestrados, que no trafican drogas y que ellos han sido víctimas de una persecución del Estado; a los empleados judiciales cuando nos dicen que su protesta es justa (sabiendo que sus salarios son más altos que los de muchos médicos) y cuando dicen que suspenden el paro para irse de vacaciones; al Presidente Santos cuando expresa que el país va por buen camino, que ha mantenido la Política de Seguridad Democrática y que no aspirará a la reelección si siente que ha cumplido con sus promesas.

Hay que creerles, a los vendedores de películas piratas cuando dicen que no es grabada de la pantalla del cine, al vendedor ambulante que no rebaja nada porque, según él, apenas le está ganando, precisamente, el valor que uno le pide descontar, a los que te dan garantía por un año y cuando vas a hacerla efectiva te dicen que eso no lo cubre.

A las promesas de los políticos que aparecen cada cuatro años, a los que dicen ser los más transparentes y que combatirán la corrupción; a aquellos que dicen votar por convicción pero reciben mercados y comen sancocho de cuenta del candidato; hay que creerles a los que no te miran al hablarte y solo te hablan para pedirte favores.

A los que dicen que el mundo se va a acabar el 21 de diciembre, a los que creen que el mundo se va a acabar, a los medios cuando dicen que son objetivos, a Petro cuando dice que a Bogotá si le conviene el nuevo esquema de recolección de basuras, a Samper cuando dijo que todo fue a sus espaldas y cuando opina creyendo que lo que dice es inteligente y a Pastrana cuando se niega a responder en la Cámara de Representantes por el tema San Andrés.

Hay que creerles, a los informes de gestión con gráficas que nadie entiende, a los Gerentes que se llenan la boca diciendo que son un empleado más, a los que creen que el proceso de paz tendrá éxito, a los que tienen Twitter y su foto de perfil es un huevo, a los que se toman fotos del abdomen y las suben a Facebook, a los que dicen que no les interesa tener un celular inteligente porque eso es un vicio (pero en realidad es que no tienen con qué comprarlo) y a quienes dicen que en vacaciones van para Mayami.

A los novios que se juran amor eterno y cada dos meses cambian de pareja, a los que llevan en sus carros el aviso de “inteligencia vial” pero son unos brutos al volante, a los que tiene un Iphone en prepago, a los ateos (hasta que hay turbulencia en el avión) y a los artistas que dicen que se deben a los fans.

Hay que creerles a todos, aunque sabemos que están mintiendo, porque créanme…el mundo se va a acabar!!!

@DiegoMorita

jueves, 6 de diciembre de 2012

Cacerolazo #5D

Por DIEGO MORA | Publicado el 5 de diciembre de 2012 El Colombiano


¿Qué mejor manera de empezar el mes más esperado del año, que con una expresión democrática surgida de un grupo de ciudadanos de todo el país? ¿No es acaso la participación activa de todos los sectores de la sociedad una demostración de solidez en una nación?

Hoy 5 de diciembre (#5D en Twitter) a las siete de la noche, en varias ciudades del país se dará el primer, quizás de muchos, "Cacerolazo" al presidente Juan Manuel Santos. Hombres y mujeres de todas las edades se encontrarán para rechazar las políticas del actual gobierno y lo harán generando ruido, esperando que por esta vez un gobierno aislado del diálogo con la comunidad escuche lo que esta tiene para decirle.

En Suramérica tenemos varios antecedentes de este tipo de manifestaciones. Chile, Uruguay, Venezuela y, por supuesto, Argentina; allí los ciudadanos desde el año 1996 han realizado 16 "Cacerolazos", incluso aquel de diciembre 19 de 2001, fue el detonante para la renuncia del Presidente Fernando de la Rúa.

¿Si ha funcionado en otros países por qué no en Colombia?

No mediré el éxito de esta iniciativa por el número de personas que salgan hoy a las calles. Históricamente, Colombia no es un país que se anime a protestar. Con excepción de la marcha del 4 de febrero de 2008 en la que participaron 193 ciudades en todo el mundo y denominada "Un millón de voces contra las Farc", las protestas en el país con sentido político son muy pocas. ¿Por qué? ¿Miedo? ¿O tal vez ese pensamiento de muchos de que no importa qué se haga, en este país nada va a cambiar? En algún momento tenemos que empezar y hoy es un buen día, así que no importa la cantidad, lo relevante es la calidad y convicción de quienes participen.

El #CacerolazopaSantos (en Twitter) es una expresión pacífica de inconformidad con el actual gobierno. Sus organizadores destacan 10 puntos que los motivaron a convocar a la ciudadanía: recrudecimiento de acciones terroristas, reforma a la justicia, víctimas de las Farc, reforma pensional, ejecución de proyectos de inversión, las locomotoras que no arrancaron, reforma educativa, política agraria, el fallo de La Haya y el abandono de las denuncias por presencia de las Farc en territorio venezolano. Y faltan…

Por último: si usted se siente identificado con al menos uno de estos diez temas, tiene hoy una oportunidad única de protestar. Es el momento de trascender la comodidad de nuestro hogar y los 140 caracteres de Twitter y demostrar que realmente nos duele el país, que nuestra indignación no es selectiva y que nuestro ejercicio ciudadano es permanente y no solo cada cuatro años.


@DiegoMorita

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