Después de que se conociera que Juan Manuel Santos está pre nominado al Nobel de Paz, Colombia entra en un
camino peligroso y del cual, tal vez, no podrá regresar.
Está claro, el gobierno orientará
acciones para ganarse ese premio. De aquí al 12 de octubre que se conozca el
ganador tendremos un acuerdo con las Farc. ¿Qué tipo de acuerdo? Eso no
importa, lo de menos es el fondo, se necesita es la forma, se necesitan hechos
que mostrar, anuncios de “paz” que pasarán por la desmovilización de algunos
frentes terroristas, entrega de armas, reinserción a la vida civil y llegarán a
la aplicación del Marco Jurídico para la Paz permitiendo que los cabecillas que
hoy están en La Habana, pasen de inmediato al Congreso de la República.
Es muy casual que un día antes de
conocerse los pre nominados a uno de los premios más importantes del mundo, una
comisión del Congreso de la República encabezada por Roy Barrera e Iván Cepeda,
viajara de manera clandestina a Cuba (la información de los jefes de prensa
indicaba que el viaje era a Nueva York) a reunirse con los negociadores de las Farc,
reunión que no estaba prevista y de la cual el pleno del Congreso no tenía
conocimiento, situación que generó el rechazo generalizado de la sociedad
colombiana. ¿Será que ya sabían de la pre nominación y se adelantaron para no
generar suspicacias si el viaje se daba después? De este gobierno todo se puede
esperar!
Ojalá que Juan Manuel Santos se
ganará ese Nobel de Paz, siempre y cuando consiga que las Farc y el Eln se
desmovilicen, entreguen las armas, las rutas del narcotráfico, pidan perdón,
reparen a las víctimas, paguen cárcel y asegure que quienes hayan cometido
delitos de lesa humanidad no puedan ser elegibles a cargos de elección popular.
Además que se le ponga freno al fenómeno creciente de las bacrim. En ese
momento, quizás, Colombia podrá iniciar un nuevo camino que la lleve a la paz
duradera que todos deseamos.
Pero que no nos hagan creer, que
firmar unos acuerdos en La Habana y extender la mesa de negociación hasta
asegurar la reelección de 2014, es la solución a los problemas, cada día más
crónicos, del país. ¿Estamos seguros de que la base guerrillera se quiere
desmovilizar? ¿Todos los frentes terroristas están representados en Cuba? ¿Son
leales los 10 mil guerrilleros a Timochenko como lo eran a Marulanda? ¿Quién
asegura que lo acordado, sea acatado?
Un gobierno incoherente como el
de Santos se acomoda con cada día. Un bajón en las encuestas, 100 mil casas. Un
paro cafetero, aumenta los subsidios. Un paro camionero, se reversa el alza en
el precio del ACPM. Una pre nominación al premio que se buscaba desde el
principio, genera acuerdos, demagogia y la satisfacción de su ego; al fin y al
cabo Santos dijo: “quiero pasar a la historia como el Presidente que firmó la
paz” y esa aspiración no tiene en cuenta el precio que pague el país.
@DiegoMorita
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