¿Cuál es la voluntad de paz de un grupo que lanza un cilindro bomba contra una escuela en la que recibían clase niños indefensos?
A veces, cuando despierto en las mañanas, si no es porque veo a mi hija creería que estoy en la Colombia de finales de los años noventa. Gracias a ese bendito (maldito) vicio de querer estar informado, lo primero que hago al levantarme es prender la televisión y sintonizar los noticieros; es en ese momento en el que hago una regresión de 14 o 15 años y siento como el país cada día se hunde en el abismo oscuro de la violencia, esa que no ha permitido que vivamos un solo día de paz en cinco décadas.
Las Farc atacaron….las Farc secuestraron….las Farc asesinaron….las Farc anunciaron (sin mencionar al ELN), son las primeras noticias en la mañana al igual que lo fueron en la época del Caguán cuando se burlaron del gobierno y de todo un país que tenía la esperanza de lograr la paz con ese proceso de diálogo. Hoy la situación, después de tomarse un respiro con la presidencia de Álvaro Uribe Vélez y su determinación de combatir el terrorismo, vuelve a ser la misma: las Farc (parte de ella) “negociando” plácidamente en La Habana y un gobierno débil para combatirlas. La única diferencia es que la sociedad colombiana actualmente es más madura y tiene claro que la voluntad de paz de este grupo terrorista es nula, por eso el porcentaje de los que guardan alguna esperanza de éxito con los diálogos en Cuba, es inferior al 20%. Y eso no significa que el 80% restante sea guerrerista, simplemente es realista.
¿Y esto por qué? Fácil, los hechos hablan por sí solos y solo basta ver los noticieros o leer los periódicos.
¿Cuál es la voluntad de paz de un grupo que lanza un cilindro bomba contra una escuela en la que recibían clase niños indefensos? ¿Qué esperan conseguir en su negociación las Farc si mientras hacen anuncios mediáticos todos los días en La Habana, en Colombia violan su propia tregua 58 veces en 60 días?
Quienes criticamos este proceso no lo hacemos por un simple capricho, ni por vanidades personales, ni por hacer una oposición barata y sin sentido (como a la que nos acostumbraron algunos políticos); lo hacemos por convicción, porque creemos en que la salida negociada es posible, siempre y cuando se cumpla, entre otras cosas, un cese al fuego por parte de los terroristas. Mientras esta condición no se dé, el Estado tiene la obligación de perseguir a estos atroces criminales con toda la fuerza, legítima, que le otorga ostentar el monopolio de las armas y brindar seguridad a los ciudadanos.
¿Cesarán las Farc su violencia desmedida y sin ningún sentido ni sustento ideológico? Tuvieron que hacerlo, obligadas por el avance y los golpes propinados por la política de seguridad democrática. Fueron replegadas a rincones apartados de nuestra geografía, más de 18 mil de sus integrantes se desmovilizaron y otros tantos fueron dados de baja. El camino estaba trazado, con sangre y sudor nuestras fuerzas militares fueron implacables en la defensa de nuestra soberanía y generosas al devolvernos la tranquilidad que muchos no conocíamos. La guerra no se ganó, pero se despejó la ruta y solo era cuestión de seguirla, ¿por qué no se hizo? ¡Ojalá algún día lo sepamos!
Epilogo: el gobierno de Juan Manuel Santos debe exigir a las Farc un cese del terrorismo y si ellas lo aceptan continuar la negociación, de lo contrario pararse de la mesa y no seguir regalando nuestra dignidad.
Ñapa: celebro la llegada del Periódico Debate y le auguro muchos éxitos. Gracias por la invitación y aquí estaremos cada domingo, expresando de manera libre nuestra opinión.
@DiegoMorita
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