Organizar los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 es un reto que Medellín tiene la capacidad de afrontar pero el Alcalde debe trabajar para que la ciudad supere las crisis, para que sea más segura, para que sus habitantes crean en ella y para que los millones de turistas que pueden animarse a venir, a disfrutar de las competencias, lo hagan con tranquilidad y sin miedo.
Aunque soy un gran crítico de la administración actual de Medellín, eso no impide que desee con el corazón que la ciudad sea la sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018; claro está, lo deseo porque para esa época el Alcalde será otro.
Sé que un evento de estos, de talla mundial, es una excusa perfecta para mostrar a Medellín ante el mundo, generar empleo y sentirnos orgullosos de vivir en un país con una ciudad que tiene la capacidad de hacer, bien, un evento de esta magnitud.
Pero no todo es color de rosa si la ciudad gana la tan anhelada sede. Hoy, Medellín tiene muchos problemas por resolver si quiere realizar con éxito estos juegos, aunque tiene una gran infraestructura, relativamente nueva y moderna (heredada de los Juegos Suramericanos). Buenos Aires y Glasgow no se quedan atrás. La diferencia es que las otras dos candidatas no tienen combos criminales institucionalizados, fronteras invisibles, micro tráfico, extorsión a transportadores y comerciantes, asesinatos (como dicen por ahí “por ver caer”) y en la actualidad una falta de liderazgo, quizás, sin comparación. Y sí, sí escuché las palabras de la señora Hillary Clinton…
Reconozco que Buenos Aires no es un paraíso, aunque en 2010 presentó una tasa de asesinatos por cada 100 mil habitantes, que puede catalogarse como baja, de 6.57. La de Medellín en el mismo año fue de 57.66. Glasgow, bueno qué decir de una de las ciudades más tranquilas del mundo, tal vez que buscan a un hombre que no pagó la cuenta en un bar.
En 2018, Medellín (afortunadamente) tendrá otro Alcalde. Si, afortunadamente y quizás suene muy duro, pero es la realidad. El actual ha demostrado una incapacidad total para combatir las organizaciones criminales, lo que se vislumbraba como una gran idea, la creación de la Secretaría de Seguridad, ha resultado un fracaso ante la mala elección de la persona para liderarla. No existe cohesión entre la policía y la administración y el interés del burgomaestre se orienta más hacia la promoción de eventos que a la solución integral de los problemas reales de la ciudad.
¿Qué Alcalde necesita Medellín? Uno con liderazgo, inteligente, con determinación, carácter, valentía, coherencia en el discurso, capacidad de escuchar a la ciudadanía, con ideas, alejado de las viejas prácticas políticas, con capacidad gerencial, pensamiento joven y que se “unte de pueblo”. No se puede permitir que los gobernantes se dediquen a firmar decretos y a divisar la ciudad desde el piso 11 de la alcaldía. No, ellos tienen que caminar las calles, hablar con la gente (no solo en programas de TV cada ocho días) y palpar de frente las diferentes problemáticas que afronta, en este caso, una ciudad como Medellín.
Organizar los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 es un reto que Medellín tiene la capacidad de afrontar pero el Alcalde debe trabajar para que la ciudad supere las crisis, para que sea más segura, para que sus habitantes crean en ella y para que los millones de turistas que pueden animarse a venir, a disfrutar de las competencias, lo hagan con tranquilidad y sin miedo.
No puede pensar el Alcalde que cumple con ganarse la sede. Cumple, siempre y cuando deje un camino marcado para que su sucesor continúe y fortalezca la seguridad, la política social, el diálogo con la gente. Tiene tiempo señor Gaviria. La pregunta es ¿quiere? Supongo que si, entonces ¿cómo lo hará? Recuerde, tiene tiempo…
Epilogo: las características del Alcalde que necesita Medellín, las cumple un Concejal que actualmente se destaca en esa Corporación. Los invito a hacer el ejercicio de identificar quién es y a compartirme el nombre en @DiegoMorita
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