“Por
eso estamos como estamos” es una frase muy recurrente para describir o
expresar, en la mayoría de los casos, una situación negativa. Estudiantes en
Bogotá destruyen Transmilenio o en Medellín generan disturbios en la
Universidad de Antioquia y perfectamente podemos decir que por eso estamos como
estamos, porque no sabemos protestar.
Los
bogotanos eligen a Petro Alcalde y los Uribistas nos equivocamos eligiendo a
Santos y perfectamente podemos decir que por eso estamos como estamos, porque
no supimos elegir, bueno en el caso de Santos en su momento era la mejor opción.
Colombia
es un gran país, estamos llenos de grandes cosas y además sus habitantes
estamos hechos de coraje, hemos superado momentos terribles y que quizás nos
hicieron perder la fe, pero aquí vamos día a día, saliendo adelante, siendo
mejores.
Sin
embargo, que el negocio del chisme en Colombia facture al año 69 mil millones
de pesos, entre revistas y televisión, me obliga a decir que por eso estamos
como estamos. ¿Cuántos programas dedicados a promover la lectura tenemos?
Muchos
seguramente dirán: es que eso no vende, ninguna empresa va a pautar en un programa
dedicado a hablar de libros, es un riego innecesario. ¿Y si hacemos el intento?
¿Y si le meten la ficha igual que a un “triste” programa de chismes? Estoy seguro
de que los costos de producción de un programa dedicado a la literatura son mínimos,
así que el riesgo es poco.
Sería
muy fácil decir que el tema es cultural y seguro en parte lo es, pero tiene que
ver más con el morbo del ser humano de conocer las intimidades de sus ídolos y
eso es lo que revistas y programas de televisión capitalizan con éxito. Aquí me
atrevo a asegurar que le están dando a la audiencia lo que quiere o lo que cree
querer y por eso estamos como estamos.
Hace
muchos años se transmite por el Canal Caracol un programa llamado “Cine Arte”. Me
había olvidado de que existía hasta hace poco que me quedé viendo televisión un
viernes hasta tarde. Creo que empezó pasadas las doce y mantiene su formato,
con dos expertos cinéfilos como presentadores, Bernardo Hoyos y Diana Rico ¿cuánto factura este programa? Tal vez ni el 1% de los 47
mil millones que facturan El Lavadero, Sweet y La Red, pero ¿qué aporta más,
una buena película o un chisme que se olvida al día siguiente?
¿Qué tal si Caracol hiciera una apuesta por “Cine
Arte” y cambiara su programación de los viernes, poniendo el programa más
temprano? ¿Contribuiría esto a generar cultura alrededor del otro cine, aquel
que no es comercial? Estoy seguro de que la respuesta es: SI.
¿Resultaría
un programa llamado “Tiempo de leer”, así como la sección que hacía Clara
Elvira Ospina en Noticias RCN los viernes y que semanalmente recomendara libros
y tuviera invitados que nos hablaran de literatura? Estoy seguro de que la respuesta es: SI.
Solo es cuestión de voluntad y de generarle a la
audiencia una necesidad, así como a través de los años se le ha generado con
los programas y revistas de chismes.
Tal vez desde ese momento algunas conversaciones pasen
de ser el peso de las actrices o el divorcio del galán o el video de la
pataleta al nuevo libro de Carlos Ruiz Zafón o de Arturo Pérez Reverte o el
cumpleaños 85 de García Márquez y los 30 años del Nobel que recibió, empezando
así a cambiar a un contexto positivo la expresión por eso estamos como estamos.
@DiegoMorita
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Sígueme en Twitter @DiegoMorita