Este "Re-creo" llega hoy a su final en la versión impresa del periódico. El comité editorial ha decidido brindarle la oportunidad a un nuevo talento, para que exponga sus opiniones a los miles de lectores de este importante diario, al igual que lo hizo conmigo hace cuatro años.
Aquí va una sencilla despedida.
Mi primera columna se tituló ¿Dónde está la esperanza de nuestros niños y niñas? y fue publicada el 11 de junio de 2010, en el marco del proyecto Jóvenes Pioneros, que nos abrió las puertas a muchos que queríamos expresarnos y que encontramos en El Colombiano, el mejor medio para hacerlo.
Al leerla nuevamente, la encuentro llena de errores, pero recuerdo, como si fuera este mismo instante, la sensación en el estómago por la emoción de publicar por primera vez. Sensación que no ha desaparecido y que sigo sintiendo cada lunes, cuando me siento a escribir, y cada miércoles cuando abro el periódico y veo allí una de mis 141 columnas publicadas.
Aquí escribí algunas como: No más Farc, Soy un idiota útil, Eufemismos Santos, Con Uribe sí se charla, Las vallas de Pacho, y muchas más, con las que cada semana expuse mi opinión a los lectores, recibiendo como respuesta, de la gran mayoría, comentarios positivos, pero también ofensas y reproches; lo que por supuesto es normal y acepté con la responsabilidad que el medio te otorga.
Este "Re-creo" continuará desde la plataforma digital del periódico. Allí seguiremos exponiendo nuestros puntos de vista y los pondremos a consideración del público. Pero no puedo evitar sentir nostalgia de la versión impresa. Primero fue el uno que el dos, primero fue el papel que la internet, y aunque sé que la web ofrece un mayor espectro de lectura y que el impreso tiende a desaparecer, pienso en los lectores que solo lo hacen porque les llega el periódico a la casa o lo compran en el supermercado. Para la muestra un botón, Ana Elvira, fiel lectora cada miércoles, a quien desde la próxima semana le tendré que enseñar, a sus 86 años, a entrar aelcolombiano.com y buscar allí lo que escribí. ¡Nunca es tarde abuelita…
En fin, este recorrido de cuatro años y tantas palabras escritas solo me deja enseñanzas, que espero seguir cultivando desde la web. A los lectores de siempre, un millón de gracias y espero que sigan ahí, gozándose conmigo este "Re-creo".
Por último: bienvenido el joven columnista que ocuparáeste espacio, le deseo éxitos y que aproveche la gran oportunidad que esta importante marca, El Colombiano, le brinda. Lo leeré atentamente.
Todas mis columnas, opinión en otros espacios y cuentos se encuentran enwww.en500palabras.com.
@DiegoMorita
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/N/no_es_mas_que_un_hasta_luego/no_es_mas_que_un_hasta_luego.asp
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