Independiente de que se esté o no de acuerdo con las tesis del
expresidente Álvaro Uribe , considero que el libro que acaba de
publicar, titulado “No hay causa perdida”, es una lectura obligada para todos.
Esta misma idea la expresé en mi cuenta de Twitter y alguien me
respondió: “el día en que leer a Uribe sea una obligación, prefiero coger una
cuerda y ahorcarme”. Bastante dramática la respuesta que, por supuesto, de
inmediato refuté diciendo: leer jamás será malo pero si leer a Uribe lo lleva
al suicidio, por favor evite hacerlo.
No hay causa perdida, es un libro excepcionalmente escrito. Su
narración es sencilla, lúcida, ordenada y conmovedora. No pretendo hacer una
reseña, ni quiero parafrasear al expresidente, solo quiero dedicarle estás
líneas al esfuerzo hecho por él documentando escenarios de su vida y
recreándolos a través de las palabras.
Siempre que escribo sobre Uribe recibo una gran cantidad de
mensajes, en su mayoría negativos y llenos de improperios. Algunos creen que me
paga por escribir columnas en las que resalto su labor y amor por Colombia.
Obviamente no lo hace, pero como lo he expresado antes, creo en sus tesis desde
el día en que lo escuché por primera vez.
Fue en la Universidad de Medellín, empezaba mis estudios
universitarios y él era gobernador de Antioquia. De manera magistral, sin
libreto, sin discurso escrito, Uribe nos contó a los más de 1.000 estudiantes y
profesores que llenamos el teatro lo que estaba haciendo y lo que quería hacer
por el departamento. Allí me di cuenta de que Colombia tenía a un líder
haciendo fila para cambiarle el rumbo. ¡Y acerté!
Leer el libro ratificará en los que creen en Uribe ese sentimiento
que los une a su forma de ser, a su estilo. Sus opositores encontrarán
respuesta a muchas preguntas, si lo desean entenderán el porqué de muchas
actuaciones y decisiones que ha tomado en su vida pública. Con esto no quiero
decir que cambiarán de posición pero sí tendrán un panorama más amplio de
análisis.
Uribe no escatima en detalles para contarnos grandes momentos de
su vida y lo hace sin pretensión alguna, tal vez con la simple intención de
compartirle al lector apartes de su existencia, muchos de ellos, desconocidos
pero que contribuyeron a formar al hombre, al político, al líder.
Por último: las ganancias de este libro se destinarán a financiar
la universidad virtual, sueño del expresidente desde hace muchos años. Compren
el libro, así no estén de acuerdo con Uribe, seguro sí están de acuerdo con la
educación como motor del desarrollo en nuestra sociedad.
@DiegoMorita
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