Se
preguntaba por su existencia ¿por qué y para qué estaba en un mundo en el
que se sentía un extraño? No entendía su naturaleza “humana” si todos sus
instintos eran animales. Nacer, crecer, reproducirse y morir ¿no hacían eso los
tigres, los leones o las ratas? ¿Cuál era la diferencia entre las estupideces
que decimos y los ladridos de un perro? El ser “humano” tenía una prioridad:
él; y ante el peligro una premisa: salvarse primero sin importar nadie más.
Pensaba, pero nunca lo dijo, que la raza “humana” estaba condenada a desaparecer.
Un día, muy bonito por cierto, se le adelantó a la humanidad en el camino y se
auto destruyó. Nadie interpretó su mensaje y ese fue el principio del fin para
los que nos quedamos aquí.
@DiegoMorita
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